«Hemos encontrado que algunos de estos objetos no están muertos -un cometa lo está cuando gasta toda su agua- sino que están dormidos y pueden regresar a la vida si la energía que reciben del Sol se incrementa por solo un poco», afirma Ferrín. «Están camuflados, incógnitos, es una cantidad muy importante de cometas apagados, extintos. Los cometas desarrollan una cola muy bonita y se ven espectaculares en el cielo. Pero los que están en el cinturón están apagados, no se les ve cola», explica Zuluaga.
Sin embargo, cuando algunos de estos objetos se aproximan al Sol gracias a las fuerzas gravitacionales, pueden recibir luz y calor. Esto hace que la poca agua que les queda congelada en la superficie se evapore y produzca una atmósfera a su alrededor. Es decir, pueden ser rejuvenecidos debido a una disminución de su distancia en el perihelio.
Once cometas dormidos
Por esa reacción y apelando a la figura bíblica, los investigadores han llamado “Lázaro” a este grupo de cometas. Ya algunos habían sido descubiertos. Según los investigadores, en la última década once cometas de este tipo han sido documentados en esta región del Sistema Solar.
«Lo relevante de lo que hicimos nosotros es que nos dimos cuenta de que estos cometas pertenecen a un grupo más grande de objetos, entre los cuales hay muchos que no se ven o que no se perciben como cometas Lázaro», apunta Zuluaga.
Los investigadores creen que los cometas, que albergan agua, posiblemente jugaron un papel importante en la evolución de la atmósfera de la Tierra.
Cinturón donde se encuentran los cometas |
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