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domingo, 9 de junio de 2013

Descubrimiento del fósil de un Neandertal con cáncer

Un grupo de investigadores han encontrado el primer caso definitivo de tumor óseo de la historia. Lo han localizado en una de las costillas de un joven neandertal que vivió hace 120.000 años en la Cueva de Kaprina, en la actual Croacia.

El hallazgo, que ha sido anunciado por un equipo internacional de especialistas dirigido por la paleoantropóloga Janet Monge, se incluye dentro de un trabajo titulado «La displasia fibrosa en un Neandertal de más de 120.000 años de edad en Kaprina, Croacia», publicado en la revista científica digital Plos One.

Encontrar este tipo de tumores en los fósiles de la evolución humana y en los registros arqueológicos es excepcionalmente raro, sobre todo cuando los más antiguos que se tenían hasta la fecha se databan de entre los 1.000 y los 4.000 años. De hecho, los tumores óseos primarios resultan extraños entre la población moderna, por lo que haberlo encontrado se trata de un descubrimiento único.

A partir de diversas pruebas, los investigadores identificaron una displasia fibrosa, el tumor óseo benigno más común en seres humanos, localizada en un fragmento de costilla izquierda que mide unos 30 milímetros de largo. A juzgar por su tamaño, pertenecía a un neandertal varón y joven, seguramente adolescente. A pesar de que falleció joven, la falta de otros fósiles pertenecientes a este individuo hace imposible que se pueda saber si falleció a causa de la citada patología, según ha asegurado la doctora Monge.

Relación con el ser humano
Asimismo, el equipo científico cree que este descubrimiento puede tener implicaciones para los estudiosos de la relación entre los neandertales y el hombre contemporáneo. «Los vínculos entre ambos están reforzados por la evidencia genética y arqueológica, ya que, por ejemplo, compartimos las mismas enfermedades», ha señalado Monge.

Los paleoantropólogos siguen debatiendo la relación exacta entre el Homo Sapiens, (ser humano), y los neandertales (especie extinta que vivía a lo largo de Eurasia a partir desde hace 600.000 años y hasta hace 30.000 años). Uno de los más importantes yacimientos fue descubierto en Croacia en 1899, cuando Dragutin Gorjanovic-Kramberger, Director del Departamento de Geología y Paleontología del Museo Nacional y catedrático de Paleontología y Geología de la Universidad de Zagreb, alertado por un maestro de escuela local, visitó por primera vez la cueva Krapina. Allí tomó nota de depósitos de la cueva, que incluía una herramienta de astillas de piedra, fragmentos de huesos de animales y un solo molar humano. Ya en 1905, Krapina había proporcionado más restos de homínidos que cualquier otro sitio conocido en aquel momento.

En la década de 1990, el Museo Penn fue invitado a estudiar las imágenes radiográficas de la famosa colección del hueso fósil del Neandertal Krapina. El equipo identificó 874 restos humanos, que representan a más de 75 personas (el mayor yacimiento Neandertal del mundo). Su estudio permitió saber que se trataba de una especie robusta y que gozaba de un buen estado de salud.

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